Preparar mermelada casera es muy fácil y está al alcance de cualquiera, eso es algo que ya habréis podido comprobar en el resto de recetas de DeliciosaMermelada. Hoy vamos a aprender a preparar una deliciosa mermelada de piña casera a base de azúcar blanco y piña natural. Esta mermelada será ideal para acompañar las tostadas de pan del desayuno o de la merienda. Las tostadas de queso blanco con mermelada de piña están increíbles.
Autora: Beatriz Torres / Elaboración: 5 minutos / Cocción: 30 minutos / Total: 35 minutos
Ingredientes:
– 1 piña
– 400 g de azúcar
– 100 ml de agua
– 1 limón
Instrucciones:
1. En primer lugar, debemos pelar la piña y partirla por la mitad. Ahora hay que quitar la parte central (la parte más dura) y trocear el resto de la piña en dados.
2. En segundo lugar, exprimimos un limón y colamos el jugo/zumo obtenido.
3. Tras ello, añadimos en una cacerola los cubos de piña, 400 g de azúcar blanco, el zumo de limón que hemos exprimido y 100 ml de agua. Cocemos la mezcla a fuego lento durante unos 30 minutos hasta que comience a evaporarse y a espesar. Durante la cocción es conveniente ir removiendo la mermelada de vez en cuando para evitar que se pegue.
4. Cuando la mermelada haya espesado, apagamos el fuego. Aunque durante la cocción los trozos de piña se habrán deshecho, es recomendable pasar la mermelada por la batidora cuando todavía esté caliente para obtener una especie de puré homogéneo y espeso.
5. Para terminar, hervimos uno o varios tarros de cristal para esterilizarlos y vertemos la mermelada en su interior. Hay que tener mucho cuidado cuando llenemos los tarros porque la mermelada todavía quemará bastante. Hay que llenar el tarro hasta el límite de la rosca, cerrarlo correctamente y ponerlo boca abajo durante toda la noche. Por la mañana, cuando la mermelada se haya enfriado, podemos darle la vuelta.
6. ¡Y ya está lista! Ahora debes almacenar esta deliciosa mermelada de piña casera en un lugar fresco, seco y alejado de la luz solar directa. La mermelada de piña puede conservarse durante unos seis meses en la despensa sin problemas. Una vez abierto, es recomendable guardar el tarro en el frigorífico/refrigerador para que se conserve correctamente.